Gerardo Werthein apenas tuvo tiempo para terminar de acomodarse en Washington. Cuando todavía no se ha cumplido un año desde su llegada a la capital de Estados Unidos para representar al gobierno de Javier Milei como embajador, emprenderá su regreso a Buenos Aires para reemplazar a Diana Mondino al frente de la diplomacia argentina y ponerse al frente de la Cancillería.
“En nuestro país hay una sola política exterior: la que define el Presidente. Y todo el equipo de la Cancillería estará alineado con esa visión”, anticipó Werthein en un comunicado. En la misma línea, prometió: “Modernizaremos nuestra diplomacia y optimizaremos los procesos para que Argentina brille en la escena global, asegurando una transición ordenada”.
Quién es Gerardo Werthein, el versátil empresario que Juan Manzur conoce muy bienLa llegada de Werthein al Palacio San Martín se produce luego de la intempestiva y polémica salida del gabinete de Diana Mondino, eyectada del gobierno de Javier Milei luego de varios meses en los que su posición tambaleaba tras una votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas en la cual la Argentina quebró su alineamiento con Estados Unidos para votar con el resto de los miembros en contra del embargo a Cuba, una de las políticas más arcaicas y criticadas de Washington.
Werthein, un hombre de confianza de los hermanos Milei, había recibido sus credenciales diplomáticas durante el último verano boreal, y estaba abocado a intentar sumar inversiones para la Argentina.
El paso de Werthein por Estados Unidos estuvo marcado por las múltiples visitas de Milei, que fijó como norte de su política exterior un alineamiento total con Washington, una postura que no se veía desde el gobierno de Carlos Menem. El voto en las Naciones Unidas marcó un quiebre con ese vector ordenador de la política exterior del gobierno de Milei.
En Estados Unidos, Werthein tuvo como principal prioridad intentar posicionar a la Argentina para convertir al país en un imán de inversiones, y buscó respaldar la creación de los vínculos de Milei con el alto empresariado norteamericano, con Elon Musk, el dueño de Tesla, en primera fila.
Werthein también jugó un papel en las gestiones que terminaron en la compra por parte de la multinacional Rio Tinto, con sede central en Londres, por US$6700 millones de Arcadium Lithium, una de las empresas con mayor presencia en proyectos de litio en el país.
Werthein deja la embajada argentina en medio de la elección presidencial en Estados Unidos en un momento crítico cuando se abre la posibilidad de un cambio de gobierno y un eventual regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, un giro que alteraría la relación bilateral con la Argentina.
Antes de ser nombrado el jefe de la representación diplomática argentina en suelo estadounidense, Werthein estuvo al frente del Comité Olímpico Argentino (COA) durante tres mandatos. Comenzó su gestión en 2009 e impulsó el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD).
Bajo su cargo, la Ciudad de Buenos Aires albergó, en 2013, la 125ª sesión del COI; realizó los III Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires 2018, los primeros con paridad de género y urbanos, mientras que la delegación argentina que participó de los Juegos Panamericanos Lima 2019 obtuvo la tercera mejor performance en el medallero continental después de Buenos Aires 1951 y Mar del Plata 1995.
Culminó su mandato en 2021, con la celebración de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 que fueros pospuestos un año a causa de la pandemia de Covid-19. Es miembro del COI desde 2011 e integró varias comisiones de la entidad, entre ellas la Digital y de Tecnología, la cual preside, y desde 2020 es parte de la Junta Ejecutiva del COI. Ahora ocupará una de las cuatro vicepresidencias.
En el ámbito empresario, Werthein fue director de Telecom Argentina, donde los W -como también se conoce al grupo- controlaron la mitad de la compañía. Además tuvo responsabilidades en otras empresas del grupo, como La Caja S.A., la mayor aseguradora de vida del país. El clan familiar fue fundado por Gregorio, Numo y Noel Whertein, “los abuelos”, como los llaman en el grupo, inmigrantes judíos llegados de Odessa y Besarabia, regiones de Europa Central.
La familia comenzó sus negocios en la agricultura criando ovinos y administrando un almacén de ramos generales en Miguel Riglos, La Pampa. Sin renegar aquel origen agropecuario del grupo, Werthein terminará ahora al frente de la diplomacia argentina.